Diseño supernatural

| viernes, 24 de septiembre de 2010 | 14:17



Cada vez que busco referentes económicos y sociales miro siempre en dos direcciones: Alemania o Finlandia. Los motivos son personales y, por lo tanto, absolutamente parciales. No obstante, tengo la sensación de que son dos países que poseen lo que en diseño se denomina lo supernatural, es decir, diseños tan cotidianos que a fuerza de uso y costumbre se han hecho invisibles, tan útiles, tan prácticos y necesarios que acompañan nuestra existencia sin reparar en ellos, un lápiz, una grapa, la huevera... Lo que quiero decir es que son países que no necesitan argumentarse, su vigencia es irrefutable, son oportunos, pragmáticos, perfectos ejemplos de supervivencia. Esto me sirve de prólogo para hablar del tema que toca hoy: I+D+i. Mientras en España se anuncian nuevos recortes en las partidas de I+D+i, que se suman a las ya ejecutadas, en Alemania se ha alcanzado un pacto por la investigación, un amplio consenso entre las fuerzas políticas y los agentes económicos y sociales para garantizar presupuestos adicionales a las instituciones germanas. ¿Por qué? Porque saben que Estados Unidos y China están afilando sus sables sobre la desidia europea; porque el desarrollo pasa por la inversión en cerebros, que son los que crean la ciencia de frontera ergo las innovaciones disruptivas, o sea, las que marcan un antes y un después y dan metros de ventaja; porque ahora los adelantos pasan por la biotecnología y la nanotecnología, por la robótica inteligente, por las neurociencias, por la electromovilidad, por la ingeniería de los nuevos materiales, por la conversión energética. En Alemania se alcanza ya el 3% de PIB para mantener la competitividad, y dos tercios de la inversión la aporta la industria; se incentiva la inversión fiscalmente, se financia la investigación, se ayuda al establecimiento de cooperaciones entre las instituciones, se atrae el talento extranjero. Ah, y no se lo pierdan, se ha fundado un centro de Estética Empírica para cubrir el vacío de humanidades, donde los científicos y artistas pueden establecer canales de comunicación. Por estos predios, y sin querer mitificar a una Alemania que tiene sus propios problemas, deberíamos preguntarnos al estilo mayéutico de Cicerón cuándo se acabará esta audacia imprudente, cuándo esta locura seguirá riéndose de nosotros. Siempre salgo leso en ciertas comparaciones con los diseños supernaturales de nuestros vecinos del norte, y sinceramente, en cuestión de emulación, pasión, obsesión y competencia, no veo por qué tenemos que ser menos. ¿Soy un optimista irredento? No, lo que soy es un vitalista, que es distinto.

4 comentarios:

Rodericus dijo...

Ignacio, estamos así desde los tiempos de Don Miguél de Unamuno y su lapidario "que inventen ellos", y quizás algo antes. Narciso Monturiól desarrollo un primitivo sumergible para la recogida del corál. Casi acaba en la cárcel por las deudas generadas. Isaác Perál, oficiál de la Armada e ingeniero, acabó expulsado de la Marina e inhabilitado por las envidias que generó su desarrollo de un submarino eléctrico equipado con torpedos. Pocos años más tarde el submarino con propulsión electrica equipaba a las marinas más poderosas del mundo.
Somos un país cainita con los investigadores.

Por otro lado, no tenemos yá un tejido industriál lo bastante poderoso para implicarse en el desarrollo de nuevas tecnologias y que colabore con los laboratorios de ingenieria de las universidades. En la decada de los ochenta y noventa, las pocas industrias que sobrevivieron a las reconversiones fueron absorvidas por multinacionales, y se limitan a ensamblar los modelos que designan las casas centrales valorando nuestros costes de producción.
Lejos quedan los tiempos de empresas como Hispano Suiza, que llegó a sér una multinacionál española, y de quién los ingenieros de Rolls Royce llegaron a plagiár y desarrollár los mejores motores de aviación de sú momento, la serie "Merlin".

Ahóra a los gobernantes les ha dado por fomentár la fabricación de coches eléctricos a golpe de talonario, cuando esta tecnologia está aún en mantillas y haria falta un desarrollo más afinado de toda la ingenieria necesaria para sacár a la calle un modelo reálmente útil y eficáz para hacér algo más que la compra semanál.

El lado bueno de esta crisis estaria en aprovecharla para replantearse todos estos asuntos y empezár a planificár el porvenír a veinte años vista como minimo, pero me temo que no será así.

Saludos.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

No me canso de repetir que las cunetas están llenas de cortoplazista. Las cosas hay que plantearlas a una pila de años vista, pero claro, ya estás al tanto de lo que significan las elecciones, los reinos de taifa, la envidia y la mala leche, etc...

Rodericus dijo...

El "cortoplacismo" es el problema que arrastramos desde los origenes de la democracia. La última juagada del "trilero" que tenemos en la Presidencia para asegurarse la aprobación de los presupuestos y mantenerse una año más en la Moncloa ha sido magistrál, pero solo prolongará la agonia unos meses más, a cambio de un dinero del que no dispone.

Hace algo más de un año, la Generalitát de Cataluña se aseguró de que el nuevo autómóvil de Audi, el "q-7" se ensamblase en la fábrica Seat de Martorell, para asegurár la carga de trabajo durante 3-4 años. Publicaron las cífras de las ayudas públicas que se conceden al grupo Wolkswagen, y me quedé de piedra. Dividiendo la cantidád entre los empleos directos e indirectos que se pretenden mantenér con el "q-7" de marras, saldria más a cuenta mandár a todos los empleados en el proyecto a casa con el suéldo íntegro durante trés años. Si sumanos esto a que és un automóvil de lujo, que se fabricará prácticamente para la exportación y no se recuperará apenas IVA ní impuésto de matriculación, dán ganas de llorár.

Y "chapeau" por la dirección de Volkswagen, han conseguido "vendernos una moto" una véz más.

Saludos.

Ilsa dijo...

El bajo nivel de inversión pública y privada en investigación y desarrollo en nuestro país es evidente,así como la escasez de patentes en alta tecnologías...esto lleva a la falta de competitividad.Por otro lado ,hay empresas que intentan luchar contra esto y quieren investigar, como Zeltia que destaca en el campo de la biotecnología, pero la administración tiene contraida una deuda de 3500 millones de euros con la industria farmaceutica.La escasa inversión de I+D en España les impide desarrollar nuevas generaciones de fármacos.En un artículo que leí, ponían de ejemplo a Alemania, que ha hecho recortes menos en educación e investigación.
Por lo tanto, ¡así nos va!, " sino apostamos por el futuro, no tendremos futuro!.

Un saludo.